Un pesimista es una persona que tiene una perspectiva negativa de la vida y siempre espera resultados indeseables. El pesimista proverbial es el que piensa que el vaso está medio vacío en lugar de medio lleno. Un pesimista tiene una perspectiva sombría y cree que el mundo y las personas que lo rodean son malos. En algunos casos, la actitud pesimista continua conduce a la depresión y requiere medicación o terapia dependiendo de las causas subyacentes. El pesimismo es un rasgo que se puede mejorar, aunque se necesita tiempo y esfuerzo para convertir a un pesimista en optimista o al menos en realista. Las personas realistas tienen mucho más fácil ser personas efectivas. En lugar de centrarse en problemas que escapa a su alcance resolver, o ignorar los riesgos existentes, centran sus esfuerzos en su «zona de influencia», aprovechan al máximo sus recursos y prevén qué puede ir mal para estar preparadas. Ser realista es la actitud más inteligente. A fin de cuentas, si algo tiene solución, ¿p...
Antes que nada, es importante que sepas que la tendencia a ver la parte negativa de las situaciones es normal y tiene una razón evolutiva y adaptativa: protegernos de aquello que potencialmente puede hacernos daño. Dicho de otro modo, para nuestro sistema psicológico de protección es más interesante saber qué va mal y qué puede perjudicarnos, que identificar aspectos que van bien y nos benefician. Sin embargo, cuando una persona solo ve la parte negativa de lo que ocurre, se convierte en pesimista y la función adaptativa de detectar lo “negativo” se convierte en un problema, en un lastre para su estado de ánimo. Las personas realistas no solo se preparan mentalmente para aquello que podría salir mal (teniendo en cuenta los hechos objetivos), sino que, también, se preparan para disfrutar de lo que puede salir bien. Es decir, son capaces de prepararse para casi cualquier tipo de resultado, saben disfrutar de sus logros y están preparadas para sus fracasos: estos no les impiden seguir int...